Una historia digna de una novela de misterio se desarrolla en las calles adoquinadas que rodean un anticuario con reputación.
Tras un reciente escándalo donde se desmanteló una red que vendía falsificaciones de obras de Banksy, la ciudad se encuentra de nuevo en el foco de una intriga internacional: el caso de una escultura robada del antiguo Egipto, vendida por nada menos que 100.000 euros.
La Policía Nacional está investigando este establecimiento por la venta de una escultura del faraón Taharqa, una pieza excepcional del antiguo Egipto datada entre 690 y 664 a.C. La historia de esta figura es tan antigua como misteriosa, habiendo sido sustraída del Museo Gebel Barkal de Sudán y apareciendo misteriosamente en el Museo Nacional de Antigüedades de Leiden, en los Países Bajos.
La travesía de la estatua desde Sudán hasta Barcelona y, finalmente, a los Países Bajos, está envuelta en sombras y secretos. El anticuario, en un intento de legitimar la venta, supuestamente creó una documentación falsa, incluyendo una copia de un documento manuscrito del gobierno de Sudán datado en 1967. Pero las autoridades han descubierto la verdad: el documento era falso, mencionando un ministerio inexistente y firmado por un director general que jamás ocupó dicho cargo.
¿Cuáles serán las consecuencias?
El Museo de Antigüedades de Leiden, víctima de una aparente estafa, ha exigido el reembolso del importe pagado por la escultura. Mientras tanto, la investigación sigue su curso, desentrañando las capas de este complejo rompecabezas histórico y artístico.
Este caso no es solo un misterio fascinante sino también un recordatorio de la importancia de proteger nuestro patrimonio cultural. Los detalles completos de esta historia y las actualizaciones de la investigación estarán disponibles a través de [enlaces a fuentes relevantes y actualizaciones].
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